Tumba del Santo Hermano Pedro: reliquias, misterios y curiosidades reveladas en su exposición en Antigua Guatemala

Tumba del Santo Hermano Pedro: reliquias, misterios y curiosidades reveladas en su exposición en Antigua Guatemala

Ubicada en el corazón del Templo de San Francisco el Grande, en Antigua Guatemala, la tumba del Santo Hermano Pedro, considerado el primer alfabetizador y primer santo de Guatemala, resguarda sus restos y documentos que conmemoran su vida, marcada por un profundo legado de fe, servicio y caridad.

Desde las 4.30 horas, decenas de devotos han hecho fila a las afueras del templo, que este fin de semana abrió sus puertas de forma extraordinaria para permitir a los fieles acercarse al lugar donde reposan los restos del santo. Muchos lo hacen para agradecer favores concedidos; otros, con la esperanza de recibir un milagro.

Como parte de la celebración del año jubilar por los 400 años del nacimiento del Santo Hermano Pedro de San José Betancur, los visitantes pueden apreciar elementos históricos como su acta de bautismo, su tumba y el acta de defunción, además de pinturas y documentos que relatan su vida y obra.

Por cada pasillo del Santuario del Santo Hermano Pedro se respira el legado del santo, cuya vida transformó la historia social y espiritual del país. Su tumba, sus reliquias y los testimonios de fe que lo rodean se convierten en el centro de esta conmemoración cargada de devoción y esperanza.

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Estas son algunas de las curiosidades y elementos históricos que los visitantes podrán observar durante su recorrido.

El acta de bautismo, una reliquia histórica

Una de las reliquias más significativas conservadas en el Santuario del Santo Hermano Pedro, en Antigua Guatemala, es el acta de bautismo de Pedro de San José Betancur, extendida el 21 de mayo de 1626 en Vilaflor de Tenerife, lugar donde nació el santo guatemalteco.

Se trata de una copia original enviada desde España, que consigna el momento en que el Hermano Pedro fue incorporado a la vida espiritual, y que es considerada el documento oficial que respalda su nacimiento ante la Iglesia.

En entrevista con Prensa Libre, fray Edwin Alvarado, rector del Santuario, explicó que, si bien se tiene conocimiento de que el Hermano Pedro nació el 19 de marzo de 1626, no existe un documento oficial que lo certifique. Por ello, la Iglesia ha tomado la fecha del bautismo como referencia para conmemorar su nacimiento.

“Algunas personas podrán decir que nació el 19 de marzo, por eso se llama Pedro de San José Betancur, y es cierto. Pero, hablando de los años 1626, no hay ningún documento oficial de nacimiento. Lo que sí existe es el acta de bautismo, una copia original, tal como está en el libro de bautismos de su parroquia de San Pedro, allá en Vilaflor, España. Por eso manejamos que nace a la vida, a la Iglesia y a la sociedad el 21 de marzo”, explicó fray Alvarado.

Es por ello que la Iglesia católica conmemora el 21 de marzo como el día de nacimiento del Santo Hermano Pedro, ya que es la fecha que oficialmente marca su incorporación a la comunidad cristiana y su inicio en la vida pública de fe.

Exhibición de la copia original del certificado de bautismo del Santo Hermano enviado desde Vilaflor, España. Pedro (Foto Prensa Libre: Esbin García)

La comunidad católica y los devotos del Santo Hermano Pedro de San José Betancur podrán vivir este momento histórico y espiritual hasta el 23 de marzo a las 18 horas.

El acta de defunción del Santo Hermano Pedro

Luego de una vida dedicada al servicio del pueblo de Guatemala, el Santo Hermano Pedro falleció el 25 de abril de 1667, en Antigua Guatemala, tras haber caído en cama debido al contagio de una infección adquirida mientras atendía a enfermos.

Se cree que su salud se vio debilitada por constantes ayunos, largas jornadas de desvelo cuidando a los necesitados y por una infección en los pies que no fue tratada a tiempo. Falleció a los 41 años de edad, un lunes a las 14 horas, según consta en su acta de defunción original, la cual también se encuentra resguardada en el Santuario del Santo Hermano Pedro.

Un detalle particular es que, aunque su fallecimiento ocurrió el 25 de abril, su fiesta litúrgica se celebra el 24 de abril. Esto se debe a que el 25 se conmemora a San Marcos, apóstol, y para evitar la coincidencia de fechas, la celebración del Santo Hermano Pedro fue trasladada un día antes.

Exhibición del acta de defunción y el certificado de bautismo del Hermano Pedro. (Foto Prensa Libre: Esbin García)

Una pintura del Santo Hermano Pedro en tamaño real

En el Santuario del Santo Hermano Pedro se conserva más que una simple exposición: reposan los santos restos de un hombre que vivió y murió en caridad, así como la historia de un legado espiritual. Una de esas piezas significativas es la tumba del santo. Fray Edwin Alvarado, rector del Santuario, relata que, tras su beatificación en 1980 y en el proceso hacia su canonización, se realizó un estudio forense de sus restos en 1990, en Antigua Guatemala.

Durante dicha evaluación se determinó que una pintura que se cree data del siglo XVI al XVII conservada en el Santuario ubicado en el Templo de San Francisco el Grande, fue elaborada en tamaño real. El análisis forense reveló que el Santo Hermano Pedro medía 1.55 metros de estatura.

Junto a esta pintura, se conservan unas pequeñas zapatillas que pertenecieron al Hermano Pedro, objetos que —según fray Edwin Alvarado— “refuerzan la imagen de un hombre físicamente pequeño, pero espiritualmente inmenso”.

Heridas visibles en sus restos

Una particularidad que los visitantes pueden observar en los restos del Santo Hermano Pedro es una perforación o hendidura en su cráneo, la cual —según explicó fray Alvarado— ha sido interpretada por algunos como una herida o una condición congénita, y se representa en varias estampas.

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Fray Edwin también comentó que uno de los hallazgos más impactantes del estudio forense fue el descubrimiento de profundas callosidades en las rodillas del santo, visibles incluso en los huesos, como señal de una vida intensa de oración de rodillas y penitencia. Estas marcas pueden observarse a simple vista.

“Cuando lo preparaban para su velación, al limpiar su cuerpo, los callos de sus rodillas se desprendieron. Fueron guardados como reliquias de primera mano”, relató fray Edwin.

La valiosa documentación que resguarda el Santuario del Santo Hermano Pedro

Como parte del legado espiritual e histórico del Santo Hermano Pedro, el Santuario de San Francisco el Grande, en Antigua Guatemala, conserva valiosas piezas documentales que permiten conocer más sobre su vida y obra.

Entre ellas se destacan las coplas de su autoría, recopiladas en el libro Escritos del Hermano Pedro. Según explicó fray Edwin Alvarado, rector del Santuario, muchas de estas frases y reflexiones tienen un origen familiar.

“Muchas de estas frases y reflexiones tienen un origen familiar: se nota la influencia de su madre, quien también tenía una forma muy particular y piadosa de expresarse”, detalló fray Alvarado.

El archivo histórico también resguarda las cartas originales que el Santo escribió para solicitar apoyo en la fundación de lo que hoy es la Orden Bethlemita, así como su testamento y otros documentos que reflejan su vida misionera y su profundo compromiso con los más necesitados.

“Un dato importante es que, tras su fallecimiento, se recibió el decreto oficial que autorizaba la fundación de la Orden Bethlemita. Este documento llegó a Guatemala durante los nueve días de velación, y se convirtió en uno de los pilares para la creación de esta orden religiosa, la primera de origen latinoamericano”, explicó fray Alvarado.

Este decreto fundacional, considerado un documento clave para el nacimiento de la orden religiosa, permanece conservado y actualmente está expuesto junto a la tumba del Santo Hermano Pedro, como parte de la conmemoración por los 400 años de su nacimiento.

Coplas de su autoría, recopiladas en el libro Escritos del Hermano Pedro. (Foto Prensa Libre: Esbin García)

Vida y santidad del Santo Hermano Pedro de San José de Betancur

Pedro de San José de Betancur, conocido con cariño como el Hermano Pedro, nació el 21 de marzo de 1626 en Vilaflor, Tenerife, en las Islas Canarias, España, su histeria relata que desde pequeño llevó una vida sencilla, dedicada al pastoreo de ovejas a los pies del volcán Teide, donde se forjó su carácter piadoso y generoso.

A los 23 años, impulsado por su fe y el profundo deseo de servir, emprendió un viaje hacia América, fue hasta el 18 de febrero de 1951 que Pedro de San José de Betancur llegó a la ciudad de Santiago de Guatemala —hoy Antigua Guatemala— donde se integró como terciario franciscano y dedicó su vida al cuidado de los pobres, enfermos y desamparados por 16 años, hasta su muerte, según detalla Fray Alvarado.

Obra y legado

El Hermano Pedro dejó un legado espiritual y social que marcó profundamente la historia de Guatemala:

Fue el primer alfabetizador del país

Fundó un hospital para convalecientes, pionero en su tipo

Introdujo las posadas navideñas y los nacimientos, hoy tradiciones arraigadas en la cultura guatemalteca

Fundó el Calvario de Antigua Guatemala, el Convento de Nuestra Señora de Belén y la Orden de los Bethlemitas, en sus ramas masculina y femenina, siendo esta la primera orden religiosa nacida en América Latina

Camino a los altares

Fray Edwin Alvarado destaca que luego de su muerte, comenzaron a atribuirse numerosos milagros a su intercesión.

En 1698 se inició oficialmente su proceso de canonización, y fue declarado Venerable en 1771 por el papa Clemente XIV. No obstante, el proceso se suspendió tras la supresión de la Orden Bethlemita en el siglo XIX.

Fue hasta la década de 1960 que el proceso fue retomado, gracias al esfuerzo de frailes franciscanos como fray Miguel Murcia Muñoz y el licenciado José García Bauer. Las gestiones culminaron en la beatificación del Hermano Pedro el 22 de junio de 1980, proclamada por el papa Juan Pablo II en el Vaticano.

Celebración de la beatificación

El anuncio fue recibido con profundo fervor en todo el país. En Antigua Guatemala se celebró una misa pontifical y una procesión que recorrió 84 cuadras, superando incluso las tradicionales procesiones de Semana Santa, reflejo del cariño del pueblo por su santo.

Canonización: el primer santo de Guatemala y Centroamérica

Finalmente, el 30 de julio del 2002, el papa Juan Pablo II lo proclamó santo en una multitudinaria ceremonia celebrada en el Hipódromo del Sur, en Ciudad de Guatemala, ante cerca de un millón de personas.

Desde entonces, el Santo Hermano Pedro es recordado y venerado como modelo de humildad, caridad y entrega al prójimo, siendo el primer santo de Guatemala y de Centroamérica.

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