Barrio El Gallito: tres casos de automovilistas atacados a balazos tras entrar por equivocación
El barrio El Gallito, en la zona 3 de la capital, es un área donde la vida transcurre entre un ambiente de “supuesta” seguridad para los vecinos, control obligado y el pago de extorsiones que se atribuyen a los Caradura, la banda delictiva que controla la zona.
Ingresar a ese sitio no es fácil, pues los vigías y la seguridad de los Caradura restringen el ingreso e incluso detienen a vehículos sospechosos o que habitualmente no circulan en el barrio El Gallito.
Estos controles han ocasionado que varios pilotos que ingresaron por error al barrio El Gallito hayan sido atacados a balazos. Este es el recuento de los casos más recientes.
El pasado jueves 27 de marzo, una familia originaria de Sololá buscaba una clínica médica, pero la aplicación de tránsito los dirigió hacia El Gallito, sin que ellos lo supieran.
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Cuando la familia transitaba en la 13 calle A y 3.ª avenida de la zona 3, en el barrio El Gallito, hombres armados les dispararon.
El piloto del vehículo fue identificado como Jorge Rosalío Cuc Saloj, de 34 años, quien resultó con dos heridas de bala en la espalda y fue trasladado a la emergencia del Hospital General San Juan de Dios.
Los acompañantes de Cuc resultaron ilesos, pero tenían crisis nerviosa por el incidente, informaron los socorristas a medios de comunicación.
Otro error en la App de tránsito
El 9 de enero pasado, dos mujeres —una de la tercera edad— se desplazaban en un vehículo y seguían indicaciones de una aplicación de tránsito que las llevó al barrio El Gallito, sin que ellas supieran que habían ingresado a ese lugar.
Cuando se habían internado en ese sitio, hombres armados les hicieron el alto, pero la conductora los ignoró. Unos motoristas se le acercaron para que bajara el vidrio del carro, pero luego le dispararon cuando ella trataba de salir de ese sitio.
La mujer logró conducir el vehículo cerca de la avenida Elena, en la zona 1, y pidió ayuda a los agentes de la Policía Nacional Civil que estaban en el lugar por la situación que ocurría con integrantes de la secta Lev Tahor.
Bomberos establecieron que ella y su acompañante tenían crisis nerviosa, por lo que fueron llevadas a un centro asistencial.
Las autoridades mencionaron que la víctima era visitadora médica y estaba buscando una clínica médica, pero la aplicación de tránsito la llevó a El Gallito.
Entró al barrio El Gallito por error
A raíz del reciente ataque del 27 de marzo, una mujer relató a Prensa Libre el caso que vivió a finales de 2024.
Explicó que ella conducía su vehículo por la 14 calle de la zona 1, pero por error continuó hacia el barrio El Gallito en lugar de cruzar hacia la avenida que lleva al Cementerio General.
Dijo que su vehículo no estaba polarizado y, cuando se dio cuenta de que había ingresado a un lugar que no era, se detuvo a preguntar cómo salir.
“Una señorita me explicó cómo salir del lugar. Tuve que circular varias cuadras y, mientras lo hacía, yo creo que hombres en motocicleta me siguieron. Escuché unas detonaciones, pero no sé si fueron disparos o cohetillos, pero mi carro no fue impactado por nada”, comentó.
Reconoció que no hizo denuncia porque no le pasó nada, aunque varias personas le han dicho que lo más seguro es que sí dispararon para intimidarla.
En una nota publicada en Prensa Libre el 20 de febrero de 2025, titulada El Gallito Feliz: un negocio que ha marcado la forma de operar de una estructura criminal, se menciona lo difícil que es vivir en varios sectores de ese barrio.
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Hay que bajar los vidrios
“Vendedores ruteros, cobradores y hasta los propios vecinos debemos bajar los vidrios de los vehículos para que los sujetos que cuidan la entrada sepan quiénes somos, y en el caso de los que no viven acá, deben decir a dónde van”, dijo un vecino del sector.
Los pobladores del sector agregaron que en El Gallito, estacionar un carro frente a una casa no pasa desapercibido, pues al poco tiempo, sujetos armados se acercan, rodean el vehículo y echan un vistazo por las ventanas para asegurarse de que todo esté en orden.
Incluso, mencionan, no se puede estacionar en cualquier lugar, puesto que hay sitios designados para los integrantes de los Caradura, que mueven el narcotráfico y las extorsiones en el lugar, entre otros ilícitos.