Una iniciativa de ley busca que resurjan las Escuelas Normales: ¿se necesitan más maestros?
Antes de 2013, los jóvenes tenían la opción de convertirse en maestros de primaria al salir de la secundaria. Era una carrera de tres años que se cursaba en establecimientos públicos a cargo del Ministerio de Educación (Mineduc) y en colegios privados. Esta posibilidad se eliminó y se sustituyó por un modelo de cinco años que incluye estudios universitarios.
La iniciativa 5770, Ley de Escuelas Superiores Normales, que ya pasó por el tercer debate en el Congreso de la República, podría revivir la formación de maestros de primaria a nivel diversificado en las Escuelas Normales, lo que, a criterio de analistas y especialistas en educación, no garantiza una mejora en la calidad de los docentes.
La carrera magisterial, según la iniciativa 5770, sería de tres años de estudios en la escuela normal, los cuales se completarían con un año de especialización universitaria, en áreas como computación, matemáticas, lectura y escritura, entre otras. La propuesta reconoce a las escuelas, institutos normales, tanto públicos, privados, por cooperativas y municipales, bajo la rectoría del Mineduc.
De acuerdo con la diputada Lucrecia Marroquín de Palomo, de la Comisión de Educación, Ciencia y Tecnología, la urgencia de aprobar la iniciativa radica en atender la escasez de maestros de primaria que hay para cubrir los sectores público, privado, municipal y por cooperativa.
Palomo indica que el cambio al Bachillerato en Ciencias y Letras con orientación en Educación —de dos años—, para completar la formación con un profesorado de tres años a nivel universitario, desalentó a los jóvenes que quieren estudiar la carrera de magisterio, lo que mermó el recurso humano para llenar las plazas que hoy están vacantes.
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“Con esta iniciativa tendremos otra vez maestros, pero no será de inmediato porque se contemplan cuatro años de estudio”, menciona la diputada. En el artículo 20 de la propuesta se establece que la formación inicial en todas las modalidades será de tres años de estudio en una Escuela Normal Superior, y uno más para obtener la especialización de profesor en cualquier universidad del país.
Para laborar como maestros, la legisladora agrega que no basta con que los jóvenes cursen los tres años del diversificado; deberán tener una especialización a nivel superior.
¿Desaparecerá el FID?
La propuesta, entonces, eliminaría el Bachillerato en Ciencias y Letras con orientación en Educación que se implementó en 2013, y se volvería a una carrera de tres años a nivel diversificado.
Además, se suprimirían los tres años del programa de Formación Inicial Docente (FID) a nivel universitario, para cursar únicamente un año en cualquier especialización, como computación, matemáticas, lectura y escritura, entre otras.
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El FID comenzó en 2015 para elevar el nivel académico y el desempeño de los docentes, e impactar en el aprendizaje de los alumnos. Sin embargo, la demanda va en declive, como lo evidencia la matrícula en tres profesorados que imparte la Universidad de San Carlos de Guatemala.
Para 2019 había 11 mil 716 inscritos en los profesorados de Productividad y Desarrollo, Educación Primaria Intercultural y Bilingüe Intercultural, cifra que descendió a 5 mil 176 en 2023.
Además de la formación, la iniciativa 5770 también propone que las Escuelas Normales cuenten con la infraestructura apropiada que responda a las necesidades psicopedagógicas para preparar a los futuros maestros. De esa cuenta, contarán con recursos propios establecidos en el presupuesto del Ministerio de Educación.
Marroquín de Palomo menciona que, para mejorar la preparación de los futuros maestros, los cursos serán impartidos por profesores de segunda enseñanza con especialidad en el curso o bien por licenciados en ciencias de la educación o pedagogía con experiencia.
Escasez de maestros
La escasez de maestros de primaria es un punto cuestionable, pues en la convocatoria 2024 que el Mineduc realizó para la contratación de personal en el renglón 021 se recibieron 54 mil expedientes, de los cuales se logró contratar a cerca de 4 mil, y este año a otros 3 mil. Por lo tanto, en el banco de datos quedan cerca de 47 mil que esperan por una plaza, según datos del ministerio.
Sin embargo, la mayoría de estos docentes se graduaron antes de 2012, cuando aún existía la carrera de Magisterio de Educación Primaria a nivel diversificado, impartida en las Escuelas Normales.
La falta de maestros no se percibe en el sector oficial —hay 95 mil 423 solo en primaria, según el Anuario Estadístico de la Educación en Guatemala—. El déficit es focalizado en algunos municipios, y son los establecimientos privados los que más lo resienten. Este extremo lo comparte Marroquín de Palomo, al decir que los colegios tienen cuesta arriba la contratación de docentes para primaria —hay 25 mil 756 en el sector—.
El problema, según analistas, es que en este momento no hay maestros formados para satisfacer las necesidades educativas del siglo XXI. Por lo tanto, de ser aprobada la iniciativa de ley 5770 tal como se presenta, no resolverá de fondo el problema de la baja calidad educativa, evidenciada en los resultados de las pruebas de graduandos que cada año realiza el Mineduc.
Un comunicado emitido por organizaciones de sociedad civil relacionadas con temas educativos, y publicado el pasado 3 de marzo, menciona que es urgente hacer cambios en la formación inicial docente para mejorar los aprendizajes de la niñez y la juventud. En ese punto, son importantes las iniciativas que buscan esa transformación.
#COMUNICADO: Aunque reconocemos la importancia de la iniciativa de ley de escuelas normales superiores, SOLICITAMOS al Congreso dar un compás de espera para su aprobación y escuchar las recomendaciones de colectivos y actores con amplia experiencia y compromiso con la educación. pic.twitter.com/wI6WkOVHCG
— Gran Campaña Nacional por la Educación (@GCNPEGuate) March 4, 2025
Sin embargo, se muestran preocupadas por la redacción y el trasfondo de algunos artículos de la Ley de Escuelas Normales Superiores, por lo que piden al Congreso de la República dar un compás de espera para escuchar las recomendaciones de distintos sectores y evitar retrocesos en el proceso de formación de los maestros.
El Mineduc considera que la iniciativa de ley puede abrir oportunidades al desarrollo de una nueva carrera de formación docente. Sin embargo, hay temas que deben discutirse, como la continuidad de la formación universitaria, para no replicar el modelo que se suprimió en 2012.
La cartera trabaja en un nuevo diseño de formación inicial docente que vincule los aprendizajes logrados en el diversificado con la profesionalización a nivel universitario.
Cabe recordar que esta iniciativa ya pasó el tercer debate y está a la espera de un espacio en la agenda legislativa para su discusión, aprobación por artículos y redacción final.
Apostar por calidad educativa
Lucía Verdugo, oficial nacional de Educación de Unesco Guatemala, menciona que cualquier acción, política o iniciativa de ley que aborde la formación inicial docente debe centrarse en la calidad educativa, pues el maestro es una pieza clave en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Un informe de Unesco refiere que el fenómeno de escasez de docentes ocurre en el resto del globo y se debe a la falta de vocación por la enseñanza, la valoración social que se da a la profesión, la baja remuneración y las pocas posibilidades de desarrollar una carrera docente.
Sobre Guatemala, Verdugo indica que se habla de que los maestros comienzan su práctica a una edad muy joven, por lo que es necesario revisar los años de escolaridad y que deben profesionalizarse a nivel superior. Es importante que tengan mayor experiencia de vida, conocimientos didácticos, prácticos y culturales para lograr transformar el sistema educativo guatemalteco.
El Informe Regional de Monitoreo ODS4-Educación 2030, de Unesco, indica que Guatemala y Nicaragua son los dos países de Latinoamérica con una alta proporción de maestros formados a nivel de secundaria. A criterio de Verdugo, esto coloca al país en situación de desventaja en cuanto a las cualificaciones que deben tener los docentes para impartir clases a los niños y jóvenes, quienes en unos años serán la fuerza productiva del país.
“Cuando pensamos en términos de la masificación de formación inicial docente, debemos tener cuidado con la calidad con que se impartirá esa formación”, agrega.