Pacto colectivo: Joviel Acevedo “ha respondido a las demandas salariales para los maestros, pero no a la educación de los niños”
El anuncio de la ministra de Educación, Anabella Giracca, de un aumento salarial del 5% y de Q500 en dos bonos para el magisterio hace cuestionar si la decisión va encaminada a mejorar la calidad educativa. Para María del Carmen Aceña, exministra de Educación y analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), se trata de un acto político y considera que los aumentos masivos “son más de lo mismo”, y que lo mejor sería premiar a los maestros por su eficiencia.
Por otro lado, Aceña ve necesario actuar cuanto antes para presentar ante la Corte de Constitucionalidad (CC) la acción de inconstitucionalidad de los artículos del pacto colectivo que le quitan la rectoría al Ministerio de Educación (Mineduc) y otorgan privilegios al Sindicato de Trabajadores de la Educación de Guatemala (STEG), representado por Joviel Acevedo.
¿La figura de Joviel Acevedo ha sido positiva para el magisterio y el sistema educativo en el país?
Se ha colocado como un gran líder sindical; todo lo que ha prometido a los maestros lo ha cumplido. El problema es que se volvió una autoridad siendo un sindicalista. Los gobiernos le han dado poder y le han pedido apoyo político en ciertos momentos. En el STEG, pareciera que no hay otra persona para dirigir el sindicato, porque él lleva ya varios periodos al frente.
Ha respondido en temas salariales y de aumentos a bonos para los maestros, pero no ha respondido a la educación de los niños de Guatemala. Necesitamos un cambio para dirigir el Ministerio de Educación hacia un mejor aprendizaje.
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Durante su gestión como ministra de Educación, se comenzó un proceso de destitución de Acevedo. ¿Por qué no se logró?
Fue coyuntural, porque cuando estábamos en el Gobierno (2004-2008), él hacía trabajo sindical y se ausentaba de dar clases, lo que es ilegal, porque sólo se puede ausentar mientras se discute un pacto colectivo. Si él quería hacer trabajo sindical, tenía que hacerlo en horario fuera de la escuela. Se averiguó que no iba a clases, pero el delito más grande fue que subcontrató a otro maestro para darlas.
No pudimos despedirlo directamente porque el ministerio estaba emplazado. Entonces lo hicimos a través de los tribunales de trabajo y se dio una orden judicial para sustituirlo; sin embargo, cuando esto sucedió ya estaba el gobierno de Álvaro Colom, que tenía un acuerdo con los sindicalistas y se encontró una figura mediante la cual la Onsec ―Oficina Nacional de Servicio Civil― lo recontrató. De ahí en adelante, él ha apoyado a los gobiernos de turno.
El sindicato debe velar por los trabajadores, pero tampoco volverse político, y en el caso de Educación ha sido nefasto, porque la mayoría de lo que se negocia en el pacto colectivo son privilegios para los líderes sindicales, los maestros y los trabajadores administrativos. Al final, es un medio extorsivo, en lugar de pensar en lo que importa al Ministerio de Educación: el aprendizaje de los alumnos.
En este momento se negocia un nuevo pacto colectivo. ¿Negociar las peticiones del sindicato supone levantar un frente de oposición?
Lo que la ministra ha anunciado es un primer paso, pues, conforme se le fue dando más cancha al sindicato y al profesor Acevedo, empezó a tener más injerencia en temas que son responsabilidad del ministerio. Por ejemplo, él está metido en el Comité de Calidad, en la selección y despido de maestros. Eso no le compete a un sindicato. Lo primero es que el ministerio retome la rectoría.
Como CIEN, pensamos que esa forma de aumentarle el salario a los trabajadores, con bonos y de manera masiva, no es lo mejor para la educación. Eso ha sido nefasto. Lo que se tiene que hacer es toda una transformación del recurso humano, donde realmente se premie al maestro por eficiencia, porque tiene resultados. Pero que se le dé un bono parejo a todos, ¿en qué mejora la educación? En nada. Los aumentos masivos tampoco, porque muchos maestros se esfuerzan y tienen éxito, pero hay maestros que no.
Son como Q1 mil millones los que costará esto. Lástima que con esos recursos no se inicie una transformación educativa. Debería haber una discusión sobre eso, pero todos son pactos o privilegios; no nos concentramos en los niños.
Al final, si no hay una ley para pactos colectivos del sector público, estamos condenados a la mediocridad, y el funcionario está sujeto a las presiones de los sindicatos. La masa salarial crece, pero la calidad de los servicios públicos no.
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¿Ve positivo el aumento salarial del 5% que se anunció para los maestros y Q400 para el personal administrativo?
Es un acto político, porque ella (Giracca) quería aumentar y tenía los recursos, pero es más de lo mismo. Y si usted, como ministro, tiene esa libertad de escoger qué hacer con el dinero, se hubiera hecho algo diferente a los aumentos masivos y aumentos a bonos. Mejor les hubiera dado una computadora a todos los maestros, clases de computación, conectividad en el aula, por ejemplo, y tal vez bonos por desempeño. Pues son Q1 mil millones. Pero es una acción política, decir: “yo aumento”, independientemente de que esté o no de acuerdo el sindicalista.
Ahora la negociación debe continuar, y si el sindicato no está de acuerdo, pues pueden seguir resolviéndolo en los tribunales, pero es mucho más largo y costoso.
Las autoridades del Mineduc también anunciaron acciones de inconstitucionalidad contra varios artículos del pacto colectivo. ¿Es lo correcto?
La ministra anunció que presentarán, con la Procuraduría General de la Nación (PGN), una serie de artículos del pacto vigente ante la CC por temas de inconstitucionalidad. Tienen que mandarlos, pues hay unos que están fuera de contexto, porque cada uno tiene su rol, y el rol del ministerio es ser el rector de la educación del país, y el del sindicato es defender al trabajador, pero no el de cogobernar, porque él no tiene que rendir cuentas, no es responsable de nada.
Ellos tienen que agarrar ese articulado a través de la PGN, negociar esto ante la CC y que esta se pronuncie. Una vez se pronuncie, si estos artículos son inconstitucionales en el pacto que se está discutiendo, no los incluirían.
¿Hacia dónde podrían ir las acciones del sindicato en contra del aumento que anunció la ministra Giracca?
La ministra dice que puso un recurso previo y que tiene el apoyo de un juzgado para que no se haga paro ni se tomen edificios. Obviamente, él (Acevedo) siempre quiere más, y eso es un problema de los pactos colectivos, porque dicen que son para mejorar, pero lo que está mejorando es el ingreso de los burócratas, no los servicios públicos.
La cobertura de la educación sigue exactamente igual. Se está gastando, no se está invirtiendo. ¿Qué vamos a hacer con la tecnología, con el siglo XXI? Hay que hacer un cambio radical y no pensar en qué se va a hacer con el sindicato, porque el sindicato no piensa a futuro; piensa solo en dinero y en privilegios.
¿Los acuerdos del pacto, fuera del tema salarial, son realmente relevantes para la educación?
No. Se está gastando un montón de dinero y los niños no son prioridad. Solo van por el dinero y los privilegios. Desconozco un pacto colectivo del sector público que vaya orientado a la mejora de los servicios públicos.
No creo que haya un pacto colectivo que realmente mejore la situación. Todo es dinero, asuetos, premios, bonos, y para un país tan pobre como Guatemala, que necesita tanto en inversión y desarrollo, esta no es la solución para mejorarlo.
Tenemos que cambiar, y nuestro recurso humano es lo más importante. Si no tenemos tecnocracia, no vamos a cambiar el país, y lo que estamos teniendo es mediocridad.
¿Qué camino es el que se debe seguir ahora en la negociación del pacto colectivo?
Lo más importante es que la ministra proceda rápido, que logre quitar esos articulados y que se empiece una discusión en Guatemala sobre una reforma de fondo del sistema educativo. Además, se debe empezar a trabajar en una ley para limitar los pactos colectivos en el sector público, que no sean esos pactos colectivos que están dejando endeudado al país.