Rutas Dañadas: usuarios de carreteras se quejan del mal estado de las vías y los costos que representa
Viajar por las rutas del país representa una odisea; en algunos casos, por las malas condiciones de las carreteras y, en otros, por la infraestructura vial que no se adapta a las condiciones actuales de tránsito.
Estos inconvenientes ocasionan que un desplazamiento se prolongue más para el transporte de productos y mercancías, así como para las familias que hacen turismo.
Una de las principales preocupaciones para los usuarios de las rutas es que con la llegada de la lluvia, sumada a la incertidumbre sobre muchos proyectos de mantenimiento y limpieza de carreteras, la condición de los caminos empeore.
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Un equipo de Prensa Libre y Noticiero Guatevisión concretó un recorrido por varios tramos del país, y evidenció las dificultades a las que a diario se enfrentan transportistas y conductores que por trabajo, turismo o negocios deben recorrer estas rutas.
Ruta Interamericana
Carlos Saldaña tiene 26 años de ser piloto de transporte pesado, pero, desde hace tres, transita todos los días por la CA-1 Occidente, ya que traslada cemento desde Santo Domingo Xenacoj, Chimaltenango, hasta Salcajá, Quetzaltenango. Es un recorrido de 158 kilómetros que le lleva entre tres y cuatro horas de camino, pues debe esquivar baches que se han formado a lo largo de la ruta.
Considera que, si el trayecto estuviera en un mejor estado, podría completar el tramo en menos tiempo. “Llevo casi tres años de estar fijo para acá, y todos los días vivimos la situación del (mal) asfalto. La verdad es que hay partes donde debería mejorarse; por lo que se ve, la han tenido bastante abandonada (la carretera)”, expone Saldaña. Agrega que hay tramos donde falta señalización y esto eleva el riesgo de accidentes.
A lo largo del tramo diariamente se observan vehículos con desperfectos mecánicos varados a la orilla de la carretera; algunos de ellos, causados por los agujeros y baches, entre otros factores.
“Los vehículos se dañan, se quiebra una hoja del resorte, a un vehículo pequeño se le sale la llanta… y eso provoca un accidente. La vez pasada se me quebró una hoja de resorte y no es nada barata, y el patrón —dueño del tráiler— es el perjudicado ahí”, expone el transportista, mientras espera asistencia en la cumbre de Alaska —kilómetro 166 de la CA-1—, ya que el tráiler que conduce tenía una avería
mecánica.
A lo largo de la ruta se logró evidenciar que las áreas más dañadas se encuentran después de Sololá, entre Totonicapán y Quetzaltenango, donde incluso hay algunos agujeros que —según los vecinos— llevan más de un año sin reparación, y con el tiempo solo se vuelven más grandes y profundos, pues no se ha dado mantenimiento.
“Todavía se animan a poner el seguro obligatorio. ¡Qué vergüenza! Mejor que arreglen las carreteras primero. Hay suficiente dinero para las calles con los impuestos”, expone molesto Manuel Guarchax, poblador del cantón Patzij, en Nahualá, Sololá, mientras señala un grupo de baches que son esquivados por los conductores para evitar accidentarse.
Esta ruta es utilizada principalmente para el transporte de hortalizas, legumbres y frutas de climas frío y templado, así como para materiales de construcción, entre otros productos que son llevados desde la zona central del país hasta el altiplano, un área importante para el comercio, a causa de la densidad poblacional de esa región, señala Héctor Fajardo, directivo de la Cámara de Transportistas Centroamericanos (Catransca). Asimismo, afirma que aunque las autoridades han intentado recuperar la ruta en los últimos años, aún persisten las malas condiciones.
“Sí, (la carretera) está en bastante mal estado, aunque han ido poco a poco, en los últimos dos o tres años, tratando de recuperar la vía, haciendo reparaciones en la carpeta de rodadura de vehículos, pero persisten el mal estado de la ruta y la cantidad de túmulos en algunas áreas; todo eso afecta la velocidad de movimiento en cuanto a la logística”, expone.
CA-02: eterno tráfico
Unos 300 kilómetros integran esta carretera, que conecta los extremos del país —desde Ciudad Pedro de Alvarado, Jutiapa, hasta Tecún Umán, San Marcos—.
Es la ruta comercial para los productos provenientes del resto de Centroamérica a Guatemala y de nuestro país hacia México.
Esta ruta también comunica con los parques temáticos del Instituto de Recreación de los Trabajadores (Irtra), en Retalhuleu, pero la falta de infraestructura vial que se adapte a las necesidades comerciales y turísticas hacen que las mercancías y los visitantes se demoren más de lo esperado en llegar a su destino, principalmente, en el trayecto de Suchitepéquez.
Para los conductores, la odisea comienza al llegar al kilómetro 136.5, en el puente Nahualate, donde —a causa del mal estado de la estructura, que en octubre último afrontó daños— deben transitar a menor velocidad. Luego, el embotellamiento se agrava al pasar por San Antonio Suchitepéquez, San Bernardino, Cocales y Cuyotenango, Suchitepéquez. Transitar por esos lugares puede representarles a los transportistas entre una y tres horas de fila.
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Rolando Bethancourt es un piloto que en los últimos 20 años se ha dedicado a este oficio, y casi a diario debe circular por esta ruta. Traslada a bordo de un tráiler distintos tipos de productos desde la Ciudad de Guatemala hasta Tecún Umán.
Prefiere conducir de noche para evitar la congestión vehicular; aun así, tarda siete horas diarias en recorrer alrededor de 279 kilómetros. Expone que, si bien la mayor parte de la ruta se encuentra en condiciones “aceptables”, uno de los principales problemas a los que se enfrenta es la estrechez de las calles.
“Si se da cuenta, hay tramos que no están terminados y se vuelve peligroso para todos”, lamenta el transportista, y hace referencia a que en varios tramos la carretera se reduce de cuatro a dos carriles, como consecuencia de las obras inconclusas tras la judicialización de la ruta por el caso Odebrecht. Esta situación genera problemas para los conductores, principalmente en la noche, debido a la poca señalización, lo cual ya ha ocasionado accidentes, según algunos pilotos.
A lo largo de la ruta, una de las principales quejas es que constantemente encuentran buses extraurbanos en sentido contrario, cuyos choferes, a fin de eludir la fila, circulan a contravía, lo cual es un riesgo, así que los afectados piden que las autoridades aumenten los controles en la zona.
En opinión del directivo de Catransca, lo ideal es que se construya infraestructura que permita evitar el paso por las áreas pobladas de la zona.
“Debería haber cuatro carriles o, al menos, haber circunvalaciones o lugares de paso, libramientos que les dicen, para no pasar por las áreas pobladas, pero nunca lo han hecho”, expone.
La ruta también es utilizada por quienes deben llegar al altiplano, por lo cual se desvían en Retalhuleu para entrar en Quetzaltenango vía El Palmar, hasta llegar a Zunil. En ese sector, el problema ya no es el tránsito excesivo, sino el estado de la carretera, principalmente, en el área que divide a ambos departamentos.
Los vehículos deben esquivar los baches y agujeros que, según vecinos, solo son cubiertos con arena, pero con la llegada de la época lluviosa el material se dispersa y termina en correntadas de lodo en las viviendas.
“Esta carretera ya tiene años que está así, incluso ha habido accidentes y los vecinos han venido a echar piedras, pero la lluvia se las lleva otra vez. Ahorita que no está lloviendo está así, pero cuando llueve se lava y se vuelven a hacer los hoyos”, expuso Mayra Itzep, vecina de El Palmar.
A lo largo de la ruta también es común encontrar a personas que cubren con arena, tierra y piedrín algunos agujeros y baches. Colocan objetos como piedra y ropa en el centro de la carretera, para ser visibles a los conductores y así intentar conseguir algo de dinero por el trabajo.
Hacia las Verapaces
Otra de las principales rutas comerciales en el país es la CA-14, la cual conecta la capital con oriente y las Verapaces.
Hacia Cobán, Alta Verapaz, el tramo se recorre en un promedio de tres horas, debido a varios factores que inciden en el trayecto, tales como reparaciones en algunas áreas donde se acaba de empezar a bachear; por ejemplo, en Morazán, El Progreso.
Pasado ese departamento, el estado de la carretera mejora y, aunque no hay baches o agujeros, según algunos transportistas, uno de los principales fundamentales son los túmulos, muchos no señalizados, lo que daña los vehículos al no ser visibles, por lo común durante la noche.
Algunos conductores incluso realizan maniobras para intentar que los túmulos no golpeen la parte baja del automotor, pues algunos son de gran tamaño.
Santiago Quej Temú vive en San Miguel Chicaj, Baja Verapaz, donde se dedica al cultivo de maní, frijol y maíz. Frecuentemente utiliza esta ruta para llegar a Cobán, situación que le representa sacrificar dos horas y media de su tiempo. Más allá de la distancia, explica que uno de los principales problemas que perjudica la movilidad en ese sector es la cantidad de túmulos.
Asegura que, aunque este tramo se encuentra en buenas condiciones, hay otros sectores donde la carretera aún necesita reparaciones para ser apta para el tránsito.
Recuperar rutas
A decir del director de Comunicación de la Gremial de Logística adscrita a la Cámara de Industria de Guatemala (CIG), Herlindo Herrera, lo más importante es que las autoridades recuperen el estado de las carreteras que conectan las fronteras del país para el transporte de carga, tales como la CA-01 y la CA-02, sumadas a rutas que conectan los dos puertos en el país de donde salen las exportaciones nacionales.
No obstante, Herrera reconoce que hay carreteras que son superadas por el flujo de vehículos.
Falta mantenimiento
El mantenimiento de las rutas y la construcción de infraestructura es vital en el país, ya que según estimaciones de la Cámara de Transportistas Centroamericanos (Catransca) por lo menos un 30 por ciento de las exportaciones se movilizan en transporte de carga en el país.
A criterio de Fajardo, también se debe prestar atención a la CA-01 Oriente, la cual conecta el comercio nacional con la frontera con El Salvador a través de la aduana terrestre de San Cristóbal, pero también expone que en el caso de la CA-9 Norte, uno de los principales problemas que tienen es la insuficiente infraestructura para la demanda.
“Es complicado el tráfico, se da en lugares como Teculután, Río Hondo, Morales, La Ruidosa, es insuficiente el espacio de carretera para absorber el tráfico que va para esa parte”, expone el directivo.
En octubre del año pasado se aprobaron US$175 millones, que representan Q1 mil 352 millones, como parte de un préstamo para ampliar a cuatro carriles el tramo de El Rancho, El Progreso, hacia Teculután, Zacapa, aunque aún está pendiente que se comience a ejecutar.
Dicho crédito también contiene un componente de mitigación ambiente que incluye estudios para realizar los siguientes tramos que conectarían a Teculután, Zacapa con Puerto Barrios Izabal.