“El caso de Colombia sentó un precedente y hasta Guatemala cambió de tono”
Guatemala tiene capacidad de negociar con Estados Unidos para seguir siendo uno de sus aliados; sin embargo, el tema es difícil cuando ofrece colaboración en temas de seguridad y narcotráfico, pero no promete crear una política para detener las migraciones ilegales a aquella nación, pondera el analista Luis Fernando Andrade Falla.
Durante una conferencia de prensa, el canciller guatemalteco, Carlos Martínez, aseguró que se evalúan los escenarios de negociación con EE. UU. y “no se descarta nada, porque la negociación está abierta”, luego de que se le preguntase si ofrecerán que Guatemala funcione como “tercer país seguro”.
Según Andrade, el caso de Colombia —cuyo mandatario, Gustavo Petro, inicialmente se negó a recibir a deportados, pero terminó aceptándolos debido a las sanciones económicas impuestas por EE. UU.— establece un precedente en el que las naciones, incluida Guatemala, se ven obligadas a ceder ante las demandas de la potencia del norte.
¿Guatemala está en condiciones de ser un “tercer país seguro”?
Con la cantidad de deportados, desconozco si —las autoridades nacionales— tienen las capacidades para un acuerdo de tercer país seguro. Desconozco las capacidades de Guatemala, porque no solo es de ofrecer. Si se ofrece es porque se tienen las capacidades, porque se necesita presupuesto. Hay contradicciones; primero dicen que no hay presupuesto para atender a los migrantes y buscan recursos en otros ministerios, y luego ofrecen colaboración.
El Salvador entiendo que ya se ofreció para ser tercer país seguro y lleva la delantera. El presidente Nayib Bukele se comunicó hace algunos días con el presidente Trump y hay varios temas en esa relación, que tiene que ver con las pandillas que Trump reconoció como terroristas. El presidente de El Salvador tiene una relación estratégica y es el único de la región que tiene comunicación directa con Trump.
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¿Hay una estrategia para negociar con EE. UU.?
Siempre está a la vista la improvisación. En esto de la diplomacia siempre se quiere quedar bien. Lo de Colombia sienta un precedente, porque se le exige colaboración y, en el caso de Guatemala, el tono también comienza a cambiar.
¿A Guatemala solo le queda acceder a las peticiones del presidente Donald Trump?
La diplomacia es el arte de lo posible entre una relación de países. La prioridad de Trump son los migrantes y el narcotráfico. La visita del secretario de Estado marcará el interés de ellos, y lo que debe prometer Guatemala es que se tenga efectividad en lo que se plantea; pero normalmente no hay planteamientos, el país es receptor y allí entra otra vez la improvisación.
Hay que ver qué hacemos para ser un país confiable para la inversión, para generar empleo, hay que buscar oportunidades en las que la administración Trump coopere y que seamos un frente propositivo como El Salvador, pero Guatemala no tiene liderazgo.
La presidenta de Honduras Xiomara Castro busca una reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribe (Celac) para afrontar las políticas de Trump, ¿pueden lograr algo?
No creo que tenga mayor convocatoria, lo de Colombia fue impresionante, ver como en 24 horas dio marcha atrás a una actitud desafiante con Estados Unidos. Ellos en la Celac quieren tener como meta una coordinación regional para hacerle frente a Estados Unidos con las deportaciones, pero eso es desde la perspectiva de los países con ideología distinta o socialista.
La presidenta de Honduras Xiomara Castro representa una afinidad con el chavismo, ella dijo que sacará la base militar de Estados Unidos si hay problema con los migrantes de ese país, un exabrupto como el del presidente de Colombia pero que no dio resultados, solo con convocar a esa reunión es querer desafiar y querer organizar a América Latina.
¿Por qué visita primero Guatemala el secretario de Estado, Marco Rubio?
La visita del secretario de Estado es a los países pequeños de la región. Guatemala no es un país grande y la atención principal será Panamá, pero sabemos que, después de lo que pasó en Colombia, ese país debe estar temeroso. Guatemala, por lo que veo en la conferencia de prensa, también cambió de tono y dicen que ofrecen un país seguro.
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¿Qué debe ofrecer Guatemala al secretario Rubio para que nuestro país siga considerándose aliado?
Para efectos del presidente Trump, Guatemala es solo un emisor de migrantes, un país con problemas, y entonces acorta la ayuda. El canciller dice que la ayuda es en materia de seguridad y narcotráfico, pero descuidan un punto importante y no promueven una política para resolver el tema migratorio. Eso se resuelve con se ser una nación confiable para invertir, para generar empleo, para que sea un país viable económicamente.
No veo una fórmula que establezca un retorno legal a los EE. UU. Hay organizaciones agrícolas y de construcción que requieren mano de obra. Después de las tragedias como los incendios en California, se requerirá de mano de obra. Entonces, ¿qué estrategias hay en Guatemala para buscar incrementar el número de visas temporales? sería muy valioso tener gente que tenga vínculos con el Intecap que haya algo más multidisciplinario, expandir las oportunidades, pero en el gobierno hay mucha improvisación.
¿Guatemala debe aceptar la instalación de una base militar si la retiran de Honduras, como recomendó un senador estadounidense?
Son prioridades de una discusión nacional y no solo del gobierno, yo invitaría al Congreso para que haya una discusión abierta, para saber que se puede hacer con ese tipo de recursos.
La base militar fue idea de un senador y puede ser interesantemente, pero hay que discutirlo y tiene que verlo el ministerio de Defensa para no caer en improvisaciones.