Libramiento de Chimaltenango: baches y daños reflejan falta de mantenimiento en ruta de Q500 millones
A seis años de su inauguración, el Libramiento de Chimaltenango, una obra de US$68.3 millones (unos Q528.6 millones) diseñada para aliviar el tránsito de la ruta Interamericana, registra un deterioro considerable, el cual pone en riesgo a los miles de automovilistas que a diario transitan por esa ruta.
El asfalto de los 14.5 kilómetros de esa carretera, que fue anunciada como una “megaobra” en 2019 por el expresidente Jimmy Morales, ya tiene serios daños debido a la falta de mantenimiento adecuado, sumado a los derrumbes que desde su habilitación han afectado el tramo.
Durante cada temporada de lluvias, las laderas situadas a un costado de la carretera se desmoronan, y ahora los baches se multiplican a lo largo de varios kilómetros de asfalto.
Según propietarios de talleres de reparación de llantas ubicados en el libramiento de Chimaltenango, entre tres y cuatro vehículos a la semana tienen desperfectos por pasar sobre los baches, lo que no solo genera costos adicionales para los conductores, sino que aumenta los riesgos de accidentes.
Muchos de los pilotos intentan evadir los baches, incurriendo en maniobras peligrosas y situaciones de alto riesgo para quienes circulan por esa vía.
Los baches se encuentran, principalmente, sobre los kilómetros 50, 52, 54, 59, 60, y 61 en ambos sentidos de la vía.
Algunos baches miden hasta dos metros de largo por uno de ancho y tienen unos 10 centímetros de profundidad, otros son de 60 centímetros de ancho y de 8 de profundidad; sin embargo, con el paso de los vehículos algunos no logran esquivarlos y se escuchan estruendos al caer en estos.
Además, por lo profundo de los baches, muchos motociclistas han estado a punto de caer, pues por el impacto pierden el control de los vehículos.
Además del mal estado de la carretera, los problemas del libramiento de Chimaltenango van más allá.
La falta de mantenimiento también se refleja en la acumulación de basura a lo largo de la ruta, que ha convertido la carretera en un basurero.
Las barandas de protección en las curvas, que deberían ser un elemento de seguridad, están dañadas por los accidentes ocurridos y no han sido reparadas, dejando expuestos a los conductores a mayores riesgos.
Esta situación pone en evidencia la falta de compromiso por parte de las autoridades, quienes, a pesar de la fuerte inversión, no han garantizado la conservación de la infraestructura.
La “megaobra” que se prometió como un hito histórico para beneficiar a guatemaltecos se está desmoronando, no solo por la corrupción, sino también por la negligencia y la falta de planificación a largo plazo en el mantenimiento de la obra pública.
Testimonios
Un comerciante de verduras que se identificó como Julio calificó la situación del libramiento como preocupante, porque además de los derrumbes durante la época de lluvia, ahora la cinta asfáltica se ha dañado.
“Las autoridades le deben dar mantenimiento porque esta carretera da vergüenza”, señaló el comerciante.
Por su parte, un piloto de tráiler que habitualmente transita también mostró preocupación, porque algunos de los baches están es subidas y eso les dificulta el transitar, ya que muchos automovilistas circulan a altas velocidades y les es complicado esquivar los agujeros.
Postura del CIV
El Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV) señaló por medio del Viceministerio de Infraestructura que no pueden intervenir en esa ruta porque el proyecto está judicializado y el proceso debe seguir su curso.
“Nosotros no podemos intervenir hasta que haya una sentencia en firme”, señaló el viceministerio.
Añadió que el proyecto no se ha sido recepcionado ni liquidado, por lo tanto, sigue bajo responsabilidad del contratista.
“La reparación de baches es un proceso nuestro; sin embrago, se tendrá que analizar la parte legal (ya que de momento no podemos intervenir). Sigue bajo responsabilidad del contratista”, insiste la cartera.
“La unidad de COVIAL es la responsable de dar el mantenimiento menor a la red vial, y se debe hacer de acuerdo con la programación establecida, priorizando los tramos que estén en peores condiciones. Lo mismo sucede con los caminos rurales registrados, que están a cargo de Caminos, los cuales siguen una programación anual de mantenimiento”, agregó el CIV.